Los dirigentes de la compañía, que da trabajo a unas treinta personas, confían en superar la delicada situación a finales de esta semana
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Villamayor (Piloña),
Lucas BLANCO
General de Juguetes, S. A., una de las empresas más importantes del concejo de Piloña y la más emblemática de la localidad de Villamayor tras el cierre de Chupa Chups, entró el pasado jueves en concurso de acreedores ante la falta de liquidez generada por las dificultades para obtener financiación, según fuentes cercanas a la dirección de la compañía.
Sin embargo, desde la empresa restan importancia al hecho de haber entrando en concurso de acreedores y se muestran optimistas con vistas a la posible solución de esta situación, la cual afirman que podría llegar a finales de esta misma semana, cuando tendrá lugar una reunión entre las partes implicadas en la que la compañía intentará llegar a acuerdos que sirvan para obtener la financiación necesaria para poner al corriente sus pagos y continuar con su actividad, como así lo ha hecho hasta el momento.
De esta manera se salvaría la situación de una sociedad cuya factoría, situada en el polígono de Lleu, cuenta con una superficie de 12.000 metros cuadrados y sustenta a alrededor de treinta trabajadores que se encargan de fabricar centenares de tipos de juguetes, que son comercializados en 47 países diferentes, entre los que destacan los «pomperos», cuyas ventas ascienden a unos 22 millones de unidades al año.
A pesar de tratarse de una fábrica ya consolidada y con gran peso específico en el sector, la crisis económica, unida al handicap de tratarse de un producto derivado del petróleo y la creciente competencia desleal, con copias casi idénticas de sus productos, los resultados de la empresa se habrían resentido hasta el punto de que el pasado jueves un juez del Juzgado de lo mercantil número 3 de Gijón declaraba a la sociedad en concurso de acreedores. No obstante, podría tratarse de una situación transitoria y no pasar a mayores; en Villamayor los vecinos ya empiezan a temer otro duro golpe a la industria local después del traumático cierre de la planta de Chupa Chups el pasado 21 de enero, tras más de medio siglo de actividad ininterrumpida, que dejó a más de 120 trabajadores fijos y otros tantos eventuales sin empleo.
De todas formas, a los miembros de la dirección de General de Juguetes no se les pasa por la cabeza un hipotético cierre, aunque prefieren abstenerse de momento de realizar declaración pública alguna con el fin de evitar un impacto mediático negativo sobre la imagen de una empresa de la que hacen valer que hasta la fecha se ha caracterizado por su solvencia y que nunca había tenido ningún tipo de problema financiero similar.
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