24.06.2013VALENCIAA.C.A.0
El 90% de los concursos acaban en
disolución, pero la venta como unidad productiva empieza a cuajar en casos como
Zirconio, Sol Mar o A. Campos. Hotel Meliá Palacio de Congresos, en Valencia.
Las montañas de expedientes en los juzgados de lo mercantil siguen creciendo y
con ello el número de empresas que acaban en liquidación y disueltas. Sin
embargo, tras la experiencia adquirida en los últimos años ha empezado a
aparecer una pequeña esperanza para empresas viables, pero abocadas a la
insolvencia por una desproporcionada carga financiera o errores en la gestión.
La reforma de la Ley Concursal ha permitido introducir la venta como unidad
productiva, esto es, de la actividad empresarial o de una de sus líneas de
actividad al margen de la deuda, como una alternativa a la liquidación de cada
activo por separado. Con ello se considera que los acreedores pueden obtener un
mayor retorno de sus deudas, además de permitir en casos con una especial
repercusión social por el empleo o la importancia de la empresa garantizar su
viabilidad.
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