J. V. PAÑOS VALENCIA La empresa de lencería y ropa de baño de L’Eliana, Little Kiss, ha entrado en concurso voluntario de acreedores por no poder hacer frente al pago de sus proveedores, si bien el objetivo es «continuar» y «mantener los puestos de trabajo».
Desde principios de abril la compañía, una de las referentes del sector y con presencia en el extranjero, cuenta con un administrador concursal que supervisará las operaciones. Será quien presentará en el juzgado la situación de la empresa, la cual está segura de llegar a un convenio para seguir adelante con su plan de pagos.
Como explicó a Levante-EMV el presidente del consejo de administración de la empresa, Juan Vicente Llorens, ante la situación de no poder pagar a sus proveedores optaron por esta vía «ante el temor de lo que pudiera pasar, porque corríamos el riesgo de que nos presentaran el concurso», es decir, verse obligados a liquidar la empresa. Pero como señalaba Llorens, el objetivo de la empresa, fundada en 1959, es «seguir luchando».
Un ERE en 2010
En abril de 2010 la compañía llegó a un acuerdo con los sindicatos para efectuar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que incluía a 85 trabajadores con una indemnización de 40 días por año trabajado hasta un máximo de 20 meses. Justificaban esta medida en la «enorme» descenso de las ventas y los malos resultados económicos. A esta medida se sumó una inyección de capital y se negó la intención de presentar un concurso de acreedores. Meses antes, la empresa anunciaba un importante acuerdo: la licencia para comercializar la línea de ropa interior oficial del Real Madrid.
En abril de 2010 la compañía llegó a un acuerdo con los sindicatos para efectuar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que incluía a 85 trabajadores con una indemnización de 40 días por año trabajado hasta un máximo de 20 meses. Justificaban esta medida en la «enorme» descenso de las ventas y los malos resultados económicos. A esta medida se sumó una inyección de capital y se negó la intención de presentar un concurso de acreedores. Meses antes, la empresa anunciaba un importante acuerdo: la licencia para comercializar la línea de ropa interior oficial del Real Madrid.
Asimismo, dos años antes ya se había presentado un ERE temporal que afectó a toda la plantilla durante más de un mes y que fue pactado con los trabajadores.
Debido a las decisiones de 2010, teniendo que hacer frente a los despidos, la empresa creo un plan de viabilidad y acudió a la banca para contar con un servicio de línea de descuento, es decir, para que se le adelantase el dinero comprometido con los proveedores.
Eligieron al Banco de Valencia, con el cual habían trabajado toda la vida. Pero como explicaba Llorens, «con la intervención de la entidad por parte del Banco de España, nos cortaron esta vía de financiación». Como destacaba «tenemos más activo que pasivo» y las ventas eran las previstas pero indicaba que no podían hacerse cargo de los pagos sin este apoyo del banco. «Nos ha fallado la financiación en febrero que es cuando facturamos casi todo», señalaba. Por esto, se acogieron a esta figura jurídica para asegurar el aplazamiento de los pagos y la viabilidad de la empresa.
La tradicional industria textil valenciana vuelve a mostrar problemas de salud. Cabe recordar que en 2008 cerró sus puertas uno de los grandes gigantes del sector, Ferry’s, empresa de Canals que vistió a millones de personas. En 2009 un matrimonio de ex empleados adquirieron en subasta las marcas y los logotipos que también dieron nombre a equipos deportivos.
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