BILBAO
El Juzgado de lo Mercantil Número 1 de Bilbao ha admitido
este mes a trámite la solicitud de concurso voluntario de acreedores de
Ilarduya.
Este grupo familiar vasco nació ligado al negocio de la
fundición y suma casi un siglo de trayectoria industrial. Con una facturación
anual de más de 400 millones, al frente de la gestión estaba la tercera
generación. El pasivo supera los 50 millones de euros.
Centro en Granada
La causa de su crisis ha sido la inversión en un centro
comercial propio en Granada, cuya promoción se vio lastrada por la crisis
económica, que desplomó el consumo. Solo el proyecto de Andalucía acumula unas
pérdidas de unos 25 millones, casi la mitad del pasivo consolidado. Fue
desarrollado a través de una de las participadas del grupo, Inversiones
Societarias Alhsur, que tiene su sede en La Zubia (Granada).
El negocio nuclear de Ilarduya, los suministros al sector de
la fundición, interesa a la corporación alemana Hüttenes-Albertus, el mayor
fabricante mundial de resinas y pinturas, precisamente para las fundiciones. La
corporación germana es accionista actualmente al 24% del holding de la familia
Ilarduya y tiene en su poder una serie de préstamos que le dan opción a su
conversión en títulos, dentro de la tendencia actual en el mundo de los
negocios loan to own, prestar para adquirir. Una vía muy utilizada por los
inversores extranjeros que se acercan a España.
Hüttenes-Albertus quiere convertirse en el propietario de la
fábrica de Ilarduya en Amorebieta (Vizcaya), dedicada a la producción de
aglutinantes de moldeo y pinturas de fundición.
Ilarduya ha contabilizado más de nueve décadas de éxito en
el negocio de suministros ligado al mundo de la fundición. En base a esa
actividad, la familia vasca construyó un holding, integrado por una treintena
de filiales repartidas por nueve países y con una facturación consolidada que
ronda los 500 millones.
En 1979 dio su primer paso fuera, con la constitución en
Portugal de la participada Fundipor, a la que seguirían otras en el exterior,
como Inafusa (México), Ferrofusia (Venezuela), Aisa (Chile) y Elabd (Egipto),
entre otras.
Sus negocios van más allá de la fundición y del área
inmobiliaria. Ilarduya también está presente en el sector primario, con
producciones agrícolas en Chile y a través de su participación en la bodega
Luis Alegre, ubicada en la zona de la denominación de origen Rioja. Asimismo se
dedica a la industria de los lingotes y de la piedra natural para la
construcción.
El Juzgado de lo Mercantil Número 1 de Bilbao, el mismo que
ayer dictó sentencia sobre las aportaciones de Eroski, ha nombrado al Grupo
Sindicatura como administrador único.
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