14.05.2013VALENCIAA.C.A.2
La inmobiliaria valenciana, uno de los símbolos de la
burbuja del sector y que marcó el inicio de la crisis del sector con su
concurso en octubre de 2007, pondrá fin a sus actividad después de una
sentencia que anulaba un pago realizado por Alcampo y que había salvado
financieramente a la sociedad.
Llanera Inmobiliaria, sociedad de Grupo Llanera dedicada a
la gestión inmobiliaria, solicitó su liquidación al Juzgado de lo Mercantil nº
2 de Valencia ante la imposibilidad de cumplir con el convenio de acreedores
aprobado en diciembre de 2009.
La firma había concentrado la actividad inmobiliaria del
grupo tras su suspensión de pagos en noviembre de 2007, que supuso la primera
caída de una gran inmobiliaria española tras el estallido de la crisis subprime
en Estados Unidos. El grupo valenciano había experimentado un desarrollo
vertiginoso en menos de una década hasta superar los 400 millones de euros de
facturación.
En el momento de su concurso, el grupo valenciano tenía un
pasivo de 700 millones de euros. Su concurso de acreedores, con la dación en
pago de la mayoría de sus activos hipotecados y una elevada quita, fue
considerado el camino a seguir por muchas empresas del sector.
Precisamente una de las decisiones más controvertidas del
juez mercantil en el proceso, terminó dando el golpe definitivo a la compañía.
El juez obligó a Inmochan, filial inmobiliaria de Alcampo, a abonar más de 20
millones de euros a Llanera por un contrato para un centro comercial que no se
llegó a levantar. Inmochan recurrió y finalmente el Supremo le dió la razón y
anuló el pago, lo que obliga a Llanera a devolver ese importe con el que
financió su actividad tras el concurso.
Además, la empresa vió como los tribunales también
paralizaban el último de los grandes proyectos que mantenía, la
macrourbanización Nou Mil.leni en Catarroja, con casi 12.000 casas previstas.
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