Pescanova tenía que volver a cotizar en Bolsa a las nueve de
la mañana, después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)
levantara la suspensión de la cotización ordenada el pasado viernes tras
haberse dado “información suficiente de las circunstancias que aconsejaron la
adopción del acuerdo”. Sin embargo, el elevado número de órdenes de venta en
relación a las de compra hizo que las acciones se bloquearan en subasta de
volatilidad.
A medio día era imposible casar las peticiones de compra y
venta. Las primeras se cifraban en 75 órdenes con un volumen de 33.752 títulos,
mientras que las segundas ascendían a 295 con un volumen de 1.844.830 acciones.
Finalmente, al cierre de la sesión las acciones cerraron con
un recorte del 60%, evaporando 200 millones de valor bursátil en la compañía.
Al cierre de la sesión del pasado jueves, la última antes
del anuncio de la entrada en preconcurso, los títulos valían 17,40 euros, con
un aumento del 4,5%, y del 24,20% en lo que va de año.
En la sesión de ayer los títulos cerraron a un precio de
6,96 euros. La firma gallega entró el viernes en preconcurso de acreedores,
después de no haber presentado sus cuentas correspondientes al ejercicio de
2012.
Durante toda la jornada de ayer se sucedieron las
declaraciones de diversas personalidades acerca de la situación de Pescanova.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, afirmó en una entrevista en televisión que confía en que la empresa “saldrá reforzada” de toda esta crisis.
Por otra parte, Antonio Fontenla, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), declaró en una carta que la situación de la compañía “suscitará una corriente en su favor entre las distintas administraciones y entidades bancarias”.
De la misma opinión es la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), cuyo presidente, José Manuel Fernández Alvariño, ha declarado estar “convencido de que la banca va a apoyar a Pescanova”.
El presidente del Puerto de Vigo, Ignacio López-Chaves, también alberga la esperanza de que todo se resuelva y espera que la situación “no afecte al Puerto”.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, afirmó en una entrevista en televisión que confía en que la empresa “saldrá reforzada” de toda esta crisis.
Por otra parte, Antonio Fontenla, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), declaró en una carta que la situación de la compañía “suscitará una corriente en su favor entre las distintas administraciones y entidades bancarias”.
De la misma opinión es la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), cuyo presidente, José Manuel Fernández Alvariño, ha declarado estar “convencido de que la banca va a apoyar a Pescanova”.
El presidente del Puerto de Vigo, Ignacio López-Chaves, también alberga la esperanza de que todo se resuelva y espera que la situación “no afecte al Puerto”.
Las razones, a falta de una mejor explicación de la sociedad
que públicamente ha decidido evitar cualquier tipo de manifestación pública,
parece ser la falta de respuesta financiera a los vencimientos de las deudas
que atenazaban a la compañía, que ascendían ya a la cifra de 1.500 millones de
euros, debido a las grandes inversiones realizadas en el sector de la
acuicultura.
Enfrentamiento
Otros medios aseguran que la compañía sufre un duro enfrentamiento en el seno de consejo de administración e interpretan que la medida de acogerse al preconcurso sería un mecanismo de defensa delo presidente para hacer frente a las críticas a su gestión.
Otros medios aseguran que la compañía sufre un duro enfrentamiento en el seno de consejo de administración e interpretan que la medida de acogerse al preconcurso sería un mecanismo de defensa delo presidente para hacer frente a las críticas a su gestión.
El mayor problema, y uno de los desencadenantes de la
suspensión de pagos, podría haber sido el vencimiento de una deuda de 203,36
millones durante este año, con entidades de crédito, obligaciones y deudas no
comerciales.
La compañía estaba pendiente de la venta de Acuinova Chile y
Nova Austral a un inversor noruego por 200 millones de euros. El retraso de la
operación hizo que Pescanova viera imposible hacer frente a su deuda con una
veintena de entidades de crédito y solicitara el preconcurso de acreedores.
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