"Mi situación hace tres años era loable, tenía una buena posición económica, con mis deudas, como casi todo el mundo, pero tenía un salario amplio para cubrirlas.Solicité a los bancos refinanciar unas deudas para tener más margen de maniobra pero en el 2009 perdi mi empleo y esta situación se alargó en pleno declive económico"
A partir de ese momento, este ingeniero, que prefiere mantener el anonimato, comenzó a abusar de sus tarjetas de crédito, no contaba con fuertes ingresos pero esperaba encontrar pronto un trabajo con el que pagar los créditos."La situación no mejoró y se alargó" explica . "A finales de 2010 empezé a ver que las deudas se echaban encima. Dejé de pagar cuotas, varios meses, y quería encontrar una solución". Y en ese momento este parado decidió presentar el concurso de acreedores para personas físicas.
Este ciudadano explica que "una vez que me aprobaron el concurso se paralizaron mis deudas y al pedirlo a tiempo evité requerimientos". Ahora espera obtener un buen acuerdo con los acreedores y destaca que "he considerado el concurso como una inversión. Si salgo a flote es un coste bajo".
Los datos publicados por el INE demuestran que durante el primer trimestre 323 personas se han acogido a este proceso. El pasado año fueron 1.150 ciudadanos. Una cifra baja en comparación con otros países como Francia o Alemania.
Marina Lorente, socia de Garrigues, explica que el concurso de acreedores de las personas físicas es un procedimiento voluntario al que se somete el deudor cuando se encuentra en insolvencia actual o inminente.
Pasos a seguir
Lorente explica que hay analizar la situación económica y acreditar la insolvencia. Luego, preparar la solicitud de declaración de concurso y acompañar un poder especial, representado por abogado y procurador.
Después hay que presentar una memoria, económica y jurídica, indicando las causas de la insolvencia y presentar un inventario de bienes y derechos junto a una lista con los acreedores. También hay que informar sobre pleitos y finalmente declarar el concurso. En ese momento se puede llegar a un acuerdo o bien proceder a la liquidación de los bienes. El proceso finaliza cuando los acreedores se hayan dado por satisfechos o cuando no haya bienes para liquidar.
Ventajas
"No tenía intención de dejar de pagar pero veía que iba a llegar a la quiebra", así resume otra de las personas que decidió acogerse a este recurso legal y que también ha optado por el anonimato por respeto a su familia.
Este ciudadano, víctima de la crisis económica, es uno de los ejemplos de que el concurso sí puede funcionar y con éxito. "He conseguido una quita del 50% y un plan de pagos a cuatro años",explica con entusiasmo.
Al recordar su situación asegura que veía que sus problemas no se "solucionaban de ninguna forma" y ahora, "haberme acogido a lo que marca la ley me ha cambiado la vida. De estar en un callejón sin salida estaré estabilizado".
Los expertos destacan que con el concurso se pueden paralizar los embargos, el pago de intereses e incluso obtener quitas -descuentos- en la deuda. También se pueden paralizar demandas. No obstante la mayoría de expertos consideran que este proceso no es el más adecuado para las personas físicas.
Inconvenientes
"Un concurso supone más costes para las personas físicas al tener que contratar un abogado, un procurador y un administrador concursal", asegura Lorente. Carlos Guerrero, experto en cocursos en Sofos Consulting, explica que el coste puede ir de 3.000 hasta 30.000 euros.
Este abogado explica que el concurso "se ha incrementado mucho este año" aunque "de diez personas que me llaman puedo ayudar a una o dos. Porque si iniciaran concurso se arruinarían".
Alberto Núñez-Lagos, socio de Uría Menéndez, considera que "el concurso presenta más inconvenientes que ventajas" y destaca que "el procedimiento concursal complica aún más la grave situación económica de los concursados, viéndose desprovistos de toda capacidad de decisión sobre su patrimonio".
Juan Ferré, socio director de Pluta abogados, explica que el procedimiento es muy complejo porque "las normas están pensadas para empresas y no para personas físicas".
Además, señala que en países como Francia o Alemania el proceso es más simple porque no se necesita contratar un abogado y un procurador. "Hay que presentar un simple formulario y el coste es reducido", explica este experto.
Guerrero explica que el concurso no es recomendable para personas que tengan toda su deuda en la hipoteca porque "los bancos no suelen aceptar quitas". Este abogado explica que aquellos que tengan la mayoría de deuda en créditos al consumo "lo tienen más fácil porque estas entidades suelen aceptar las quitas y llegar a acuerdos".
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