Fuente: Expansion.com
24.02.2011 I.Elizalde 1
La filial de batidos, con una fuerte presencia en Cataluña y Galicia, decide acogerse al artículo 5.3 de la ley concursal, como otras diez sociedades del grupo. Los expertos explican que la falta de tesorería en esta situación complica el futuro de las empresas.
Cacaolat, sociedad que la familia Ruiz-Mateos considera una de sus joyas de la corona y que barajó sacar a bolsa, también se ha visto afectada por la crisis que vive el grupo y ha optado por acogerse al preconcurso de acreedores.
La solicitud se efectuó el pasado 17 de febrero, el mismo día en el que Nueva Rumasa convocó a los medios para informar de las solicitudes de preconcurso de Carcesa, Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Hibramer, Trapa, Quesería Menorquina y el equipo de fútbol Rayo Vallecano. Horas antes, habría trascendido que Clesa se acogía al articula 5.3 de la Ley Concursal.
¿Por qué no informó la familia de esta decisión? Ayer, un portavoz del grupo confirmó que la petición ha recaído en el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Barcelona y explicó que “no especificamos la solicitud de Cacaolat porque está dentro del grupo Clesa”, informa Efe.
La láctea madrileña posee el 95% de Cacaolat, pero, desde el 1 de enero de 2010, la sociedad funciona de forma independiente ya que segregó su actividad. Por el contrario, la familia sí informó del preconcurso de Quesería Mernorquina, participada por Carcesa.
Sin embargo, fuentes del sector explican que es lógico que la familia Ruiz-Mateos actuara de esta manera. Una vez que trasciende la situación de preconcurso, quienes tienen relación con la empresa tienden a protegerse y, en la medida de lo posible, cortan el suministro de bienes, por ejemplo, materias primas o el flujo de financiación.
“Cuando optas por una decisión como el preconcurso, tienes que tener dinero en la caja, porque, a partir de ese momento nadie, te va a financiar. Es más, todo el mundo se te echa encima”, explica un experto en reestructuraciones.
Precisamente, la falta de liquidez en las empresas ha llevado a la familia a optar por esta medida. Los sindicatos UGT y CCOO, que anteayer advirtieron del riesgo de que todas las fábricas se paralicen en dos semanas, solicitaron ayer personarse como acreedores en los procesos.
El consejero delegado del grupo, José María Ruiz-Mateos Rivero, confió ayer en contar esta semana con una inyección de liquidez por parte de un fondo de inversión que le permita superar la crisis del grupo.
Pagarés a la venta
Mientras tanto, la preocupación crece entre los inversores particulares de Nueva Rumasa, que en algunos casos, tal y como publicó ayer El Mundo, ya han visto cómo se ha dejado de abonar los pagarés, aunque desde la familia se insiste en que se trata de retrasos puntuales y que no se está dejando de pagar a los inversores particulares.
Algunos bonistas han ido más allá. Unos 40 inversores que han adquirido pagarés y participaciones de las sociedades de Nueva Rumasa están dispuestos a desprenderse de deuda por valor de 12 millones de euros y han comenzado a buscar eventuales compradores que quieran asumir sus suscripciones, informa Europa Press. Uno de ellos pretende deshacerse de bonos por un total de 9 millones.
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