El oscurantismo con el que se comunicó la venta de Marsans,
en junio de 2010, así como la naturaleza de sus compradores motivó que la
operación naciera ya maldita. PricewaterhouseCoopers advertía en su informe que
era incapaz de expresar una opinión sobre las cuentas del grupo ya que este no
aportaba la información suficiente.
A. ORTÍN - 04/12/2012 - 07:26
El oscurantismo con el que se comunicó la venta de Marsans,
en junio de 2010, así como la naturaleza de sus compradores motivó que la
operación naciera ya maldita. Si una sociedad desconocida en el sector
turístico era la que iba a comprar Marsans, muy mal tenían que estar las cosas:
el grupo de viajes español más conocido, con más de 100 años de historia, no
interesaba a ninguno de sus competidores.
Díaz Ferrán y su socio Gonzalo Pascual comunicaron la venta
del grupo Marsans asegurando que los compradores habían "demostrado
conocimiento, interés, profesionalidad y un gran despliegue de medios a la hora
de estudiar en las últimas semanas la situación del grupo". Además
añadieron que los nuevos gestores "son también los que han ofrecido el
planteamiento empresarial más completo en beneficio de los trabajadores,
clientes y proveedores del grupo". Hoy los que firmaron esa operación
están en prisión.
La compra se valoró en 600 millones de euros, la misma
cantidad que adeudaba el grupo de viajes. A pesar de que los anteriores
propietarios de la compañía aseguraban que los nuevos dueños habían ofrecido el
plan de negocio más completo para sostener la viabilidad del grupo, muy pronto
se vio que la intención no era otra que la de liquidar la empresa (situación en
la que ahora se encuentra el grupo, con pocas esperanzas de recuperar dinero
para sus acreedores).
El comprador de Marsans fue la sociedad Posibilitum, una
firma adquirida por el equipo de Ángel de Cabo para llevar a cabo la operación
(su objeto social inicial era el comercio de animales exóticos). Ninguna
experiencia previa en la gestión de empresas del sector turístico. Pero mucha
en lo que se refiere a la adquisición y liquidación de empresas en problemas.
Prácticamente al mismo tiempo que se traspasaba el grupo
Marsans, la compañía solicitaba su entrada en concurso. Pero antes de tomar esa
decisión, varias compañías habían instado ya la medida. En realidad los
problemas del grupo eran palpables al menos desde 2009.
PricewaterhouseCoopers, que auditó el ejercicio de Marsans
de 2008-2009, advertía en su informe que era incapaz de expresar una opinión
sobre las cuentas del grupo ya que este no aportaba la información suficiente
para ello. Las cuentas de Viajes Marsans revelan préstamos a la matriz, la
sociedad Teinver, por 221 millones, que eran de dudosa recuperación, motivo por
el que PwC se abstuvo de expresar una opinión sobre las mismas.
El pasado mes de junio se inició el juicio por la
calificación del concurso de Marsans. La representación legal de Gerardo Díaz
Ferrán sostuvo en su escrito de oposición a la culpabilidad del concurso que la
decisión de la IATA de retirar a Viajes Marsans la licencia para vender viajes
"viene motivada no por impago sino como consecuencia de la interesada
interpretación (...) por parte de la IATA del informe elaborado ad hoc por
PricewaterhouseCoopers". Los anteriores propietarios del grupo también
culparon a Santander y a su presidente, Emilio Botín, de dejar caer al grupo.
La fiscal María de la Paz Núñez no ve las cosas de la misma
manera en un escrito enviado a la juez del concurso de Marsans. "La
pérdida de liquidez de las empresas de Grupo Marsans motivó que dejara de pagar
a la IATA en los plazos establecidos y que esta a su vez le exigiera garantías
de pago para dejarles emitir billetes, garantías que no pudieron
prestarse"
El letrero luminoso que culminaba el edificio Pórtico en
Madrid, antigua sede de Marsans, con las letras rojas del grupo de viajes ha
sido sustituido por otro de Pullmantur.
La compañía se encuentra en liquidación a la espera de que
el concurso sea declarado culpable -el fallecimiento este año de Gonzalo
Pascual ha retrasado el procedimiento, según fuentes judiciales-.
Marsans impulsó desde 1910 España como destino turístico. El
grupo sobrevivió el pasado siglo a las guerras mundiales y la Guerra Civil
española, pero no ha podido superar la crisis económica y la gestión de sus
últimos propietarios.
A mediados de los años sesenta el Instituto Nacional de
Industria compró Marsans a la familia fundadora. En los años ochenta el INI
traspasó Marsans a Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual. Hasta mediados de los
años noventa los dos empresarios amigos engordaron el negocio turístico bajo el
paraguas de Marsans con otras adquisiciones y creaciones de empresas como
Spanair, los hoteles Hotetur o Aerolíneas Argentinas.
En junio de 2010 Díaz Ferrán y Pascual traspasaron el grupo
al tiempo que se declaraba en concurso. Hoy está en liquidación; parece
inviable que sus acreedores recuperen nada.
El oscurantismo con el que se comunicó la venta de Marsans,
en junio de 2010, así como la naturaleza de sus compradores motivó que la
operación naciera ya maldita. PricewaterhouseCoopers advertía en su informe que
era incapaz de expresar una opinión sobre las cuentas del grupo ya que este no
aportaba la información suficiente.
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