29.06.2012VALENCIAA.C.A.
El histórico fabricante de iluminación y mueble clásico
está diseñando un plan para redefinir su modelo de negocio y garantizar su
continuidad, que pasa por centrarse en el segmento de mayor lujo.
La crisis sigue pasando factura a uno de los sectores
industriales más arraigados en Valencia, el del mueble, pese a los esfuerzos de
los fabricantes por vender cada vez más fuera de España. El Juzgado de lo
Mercantil Número 2 de Valencia ha aprobado el concurso voluntario solicitado
por una de las marcas valencianas más reconocidas y con 119 años de historia,
Mariner.
Según explicaron fuentes de la compañía, el histórico
fabricante de iluminación y mueble clásico ha sufrido un retraso puntual, en
concreto de tres mensualidades, con la Seguridad Social, ante lo que ha optado
por solicitar voluntariamente la insolvencia para evitar las posibles
responsabilidades de los administradores. La empresa destacó que está al día
tanto en el pago a acreedores como en las nóminas, pero que la falta de
financiación bancaria para la Seguridad Social le ha llevado a la suspensión de
pagos.
La actividad tanto productiva como comercial se mantiene con
normalidad y estima que tiene pedidos que aseguran la producción hasta finales
de octubre. La deuda total asciende a 2,2 millones de euros, por lo que la
empresa considera que el proceso concursal puede resolverse satisfactoriamente,
como ya ha ocurrido con otras empresas de su sector.
Mariner, que se ha caracterizado tradicionalmente por sus
lámparas y muebles clásicos de gama alta, ha sufrido duramente el desplome de
las ventas. La empresa de la familia Mariner facturó 8,5 millones de euros el
año pasado, un 45% menos que en 2008. Desde el fabricante de mobiliario
aseguran que incluso antes, tras los atentados del 11-S en 2001, ya se había
iniciado un proceso de descenso del negocio por la fortaleza del euro frente al
dólar. La caída del mercado nacional, que ha pasado del 40% a apenas un 5%, ha
agravado la situación.
Para garantizar la viabilidad, la empresa ubicada en Paterna
(Valencia), está redefiniendo su modelo de negocio. “La distribución de nuestro
producto ha sufrido una revolución, ya no se vende a través de tiendas sino de
prescriptores y tenemos que adaptarnos”, señalan desde Mariner. Con la nueva
estrategia busca posicionarse en la parte más alta del lujo o premiere luxury,
con proyectos a medida, como un palacio completo en Líbano o dos mansiones en
Arabia Saudí en las que ya trabaja.
Una estrategia que supone también más flexibilidad para
adaptarse a una mayor estacionalidad y a fabricar a medida y no en serie. Una
situación que supondrá un ajuste laboral, aunque aún no se ha cuantificado.
Actualmente la empresa valenciana emplea a 98 trabajadores.
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