miércoles, 5 de octubre de 2011

Viviendas Jardín entra en concurso con un pasivo de 300 millones de euros

Fuente: levante-emv.com

La reclamación de un acreedor aboca a la suspensión de pagos a una firma símbolo de la burbuja


V. R. VALENCIA
Viviendas Jardín, una de las firmas emblemáticas del período de bonanza del sector inmobiliario, ha acabado por tirar la toalla. El Juzgado de lo Mercantil número dos de Valencia dictó el pasado 16 de septiembre auto de declaración de concurso de acreedores después de que la constructora alicantina Balperia, hora en disolución instase el procedimiento.
La empresa promotora, que tiene como administrador único a José Adolfo Prieto y ahora se denomina Tersicia, entra en suspensión de pagos con un pasivo cercano a los 300 millones de euros y entidades financieras como el Banco Sabadell, Bankia o el Banco Popular entre sus principales acreedores. La deuda con entidades financieras ronda los 260 millones de euros. Viviendas Jardín decidió hace algo más de un mes modificar su nombre por el de Tersicia y asegura contar con activos superiores a su pasivo.
Embarcada en numerosos proyectos de promoción en la costa y en zonas residenciales de las conurbaciones urbanas, Viviendas Jardín parecía hasta ahora haber sobrevivido a la tormenta que golpeado a muchas de las empresas de su sector. Tersicia tiene más de medio centenar de promociones en venta en la Comunitat Valenciana y las provincias de Teruel, Barcelona y Girona. En Canarias ofrece más de una decena de promociones repartidas por las distintas islas.
La inmobiliaria, con fuerte presencia en la franja costera entre Valencia y Castelló, dispone también de inmuebles en alquiler y es poseedora de suelo. En los últimos meses trataba de reorientar su actividad hacia la prestación de servicios de gestión inmobiliaria a terceros, principalmente entidades financieras. Viviendas Jardín reestructuró en 2008 su deuda con los bancos, que alcanzaba los 700 millones de euros.

Armiñana, en liquidación
Otra empresa emblemática de la burbuja del ladrillo, Promociones Armiñana, ha concluido su proceso concursal entrando finalmente en liquidación. La finalización del concurso se produce después de que el promotor Juan Armiñana haya intentado negociar con los bancos la refinanciación de la deuda de la empresa a cambio de entregar activos. El promotor, que ha destinado grande sumas de dinero de su patrimonio personal a la Falla de Campanar, asegura tener acabadas la mayor parte de sus promociones.
El auto dictado por el titular del Juzgado Mercantil número dos de Valencia, Fernando Presencia, acuerda la disolución de la mercantil Promociones Armiñana y el cese de la administración y disposición del patrimonio de la empresa.
La batería de resoluciones judiciales mercantiles conocidas ayer incluye también la declaración de concurso voluntario de acreedores de Construcciones Mompmar, una pequeña firma de construcción de Sagunt.
La constante entrada en concurso de empresas de la construcción es producto del desplome continuado del sector, que sigue sin tocar fondo desde hace cuatro años.

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